Diciembre... diciembre...

Las Tardes de Otoño salieron mejor de lo que yo podía esperar. Hubo mucha gente, muchas participaciones, obviamente los warriors no se aparecieron salvo algunos por la plática de la Adrianita (obligados por la Chichí), ricas donitas, galletas y coyotas, vinos tinto y blanco (de los buenos!) y mucha sana convivencia en un ambiente casi-científico/bohemio... se habla ya de unas Tardes de Primavera...

Recuerdo una vez que mi madre fue intervenida para una reconstrucción de vejiga, la cirugía fue en el CIMA puesto a que en esa época sí podíamos pagar un lugar así (hace unos 3 años...). Mi madre se quedó allí para observación unos 3 días y yo me quedé a acompañarla cada noche. El lugar era genial, mucho mejor que algunos hoteles que he visitado. Era una habitación bonita individual con closet, tocador y una televisión con un sistema tipo cable (no recuerdo con exactitud si había cable). Había una cama muy amplia para la enferma (yo podía dormir con mi mamá allí) y había una especie de salita a un lado para las visitas. Los silloncitos eran muy cómodos y podías dormir en ellos toda la noche, incluso creo qeu te traían cobijas. Al enfermo le traían pantuNflas, toallas, comida muy rica (yo me la comía como el cerdo que soy) y todo lo que se le pudiera ocurrir. Incluso creo que tenían baño en cada habitación pero de eso no lo recuerdo bien. El horario de visitas era muy flexible y podías esperar abajo en la cafetería (que está mejor que el vips). LAs enfermeras hacían de todo, osea, como yo imaginó que deberían de ser las enfermeras (las limpias (las sucias tienen un rango más amplio y otro nivel de trato personal)). Fueron unas buenas vacaciones para mí.

Mi madre fue intervenida el jueves pasado por un problema en la vesícula. Como ahora somos pobres pues la operaron en el Seguro (de la juárez para ser más específicos). Como yo soy la mayor pues yo me quedé con ella toda la noche... Nada que ver con el CIMA! la guardia de seguridad nos trató como si fueramos la gran escoria que ella era. El largo camino hacia las habitaciones estaba frío, sucio y apestoso. La habitación era compartida por 6 mujeres, todas con batas sangradas. CAda enferma tenía una cama pequeña e incómoda y, junto a ella, una silla de las más comunes y anti-anatómica que puede existir ("dormí" dos días seguidos así sentada...). LA comida estaba del nabo (fuera del asco que me daba), no había televisión ni un triste radio. LA privacidad era algo a lo que no se podía aspirar ni una maldita cobija (ni siquiera para la enferma!). LAs visitas eran sólo de 4 a 5 y tenías que esperar bastante para entrar (sólo dos por turno). Si querías esperar pues podías sentarte en los sucios asientos del "lobby" y comer en las máquinas dispensadoras de afuera o los tamales o los doggos o lo que se te antojara que pudiera darte tifoidea. Lo peor eran las enfermeras huevonas que no hacían nada más que dar medicamentos.Si tu enfermo quería ir al baño pues tenías que llevarlo tu o ponerle el contenedor asqueroso y luego vaciarlo (lloré mucho cuando los vi pero mi mamá no los usó). Tampoco quitaban los vendajes y atendían los llamados cuando se les daba su chingada gana... No fueron nada parecido a vacaciones, fueron una tortura! ASí que ya le prohibí a mi mamá ser operada mientars seamos pobres...