lunes, mayo 17, 2010

Las masas y el Jefe Diego

Como individuos, tenemos pensamientos propios sobre diferentes aspectos de la vida. Como grupos, tenemos pensamientos que recaen sobre una media, lo que suele marcar el concepto de la normalidad. Una cosa es segura (y cliché), lo normal no siempre es lo correcto... Qué tanto se alejarán los pensamientos individuales de la media?

Sucede entonces que secuestran al llamado Jefe Diego. Y es así como empiezan a surgir esos comentarios de "me da igual" y "qué bueno" en diversos foros, comunidades en internet y en columnas de periódicos. Entonces pregunta Diego (no el Jefe), porqué cuando algo malo le sucede a una figura pública, la vox populi (en su mayoría) se ensaña deseando que las peores maldiciones le sucedan a dicho personaje? frustraciones? traumas? razones válidas? envidia? La indiferencia ante situaciones de inseguridad, corrupción y delincuencia NO detienen el problema, mucho menos la satisfacción de este tipo de actos sobre funcionarios.

Y luego pone el Jesús, soy mexicano aunque la forma de actuar de algunos (o quiza de la mayoria) no cuadre con mi forma de pensar. Excluirme o inclulirme cuando me conviene lo veo como algo muy egoista... Entonces ser una persona incongruente siempre es mejor (!), así como acatar el pensamiento de las masas que, como ya he dicho, son estúpidas y carentes de empatía.

Cambiar el pensamiento grupal es difícil, especialmente si no se hace algo para cambiarlo.

Decidir si el pensamiento grupal es correcto o no también es complicado.

Creo que es simple saber que desear el "mal" a una persona NO es lo correcto.

miércoles, mayo 12, 2010

Tierra mojada

Inspirada por el olor a lluvia (y en medio de una semitormenta), decidí apagar el ruido de los truenos escribiendo...

Pasé los últimos días inhabilitada por un inestable ciclo menstrual, cual niña de doce años. Entre exámenes y tareas debo de decir que me he atrasado en mi trabajo con Adnan, el cual me regañará en unos veinteminutos por eso... Trataré de decirle la verdad pero, como decía Pati, la verdad suena a mentiras, aunque sean ciertas.

Entonces recuerdo esa frase de esa canción de Sabina, que las mentiras parezcan mentiras, y recuerdo mi falta de comprensión de frases "poéticas". En este momento siento que tiene algo que ver conmigo (quizás sea paranoia) y, aunque casi nunca miento, a veces creo que me tengo que esforzar para que suenen creíbles, y no porque la gente deba creerlas, sino porque siento que, en contraste, mis verdades suenan poco creíbles.

De verdad, es difícil mentir, siento que requiere de un gran convencimiento personal o de una falta de desinterés por lo que cubres con esa mentira. Entonces pienso en él y lo fácil que le era. Me desconcierta la idea de que quizás no siempre fue cierto y, entonces, prefiero pensar en otra cosa...

viernes, mayo 07, 2010

Machete real movie!!!

Toda una joya.

jueves, mayo 06, 2010

Mala madre

Soy una mala madre... Por eso nunca me he visualizado criando a mis hijos (en el supuesto de que alguna vez tuviese). Pinwino es un caso a parte, pero no es tan difícil cuidarlo. Por otro lado...

Pensemos que un día me gané un bamboo en una promoción de Nestea. En esa época triste de mi vida, era una de las cosas que me hacía feliz, excepto cuando me preocupaba. Bamboo pedía muchos cuidados, agua purificada diaria y comida especial cada tercer día. Cuando no le gustaba el lugar donde lo ponía, se marchitaba. Era bastante temperamental (hasta podría haber sido vieja!). Creció verdaderamente bonito durante un año hasta el día que me fui a Morelia. Sin nadie que le diera el cuidado que necesitaba (yo no podía llevarlo y el Huevo es mala tía), murió de inanición y un poco de depresión en un mes.

Hace dos domingos compré una margarita en el mercado de los domingos. La nombré Betza y estaba hermosa! La puse en mi ventana y fue tirada por el viento. Golpeada, la puse dentro de mi cuarto sin recordar eso de que las plantas necesitan sol (Bamboo no lo necesitaba). El día de su primer riego estaba algo marchita, por lo que la empecé a sacar al balcón todos los días y todos los días el viento insistía en tumbarla. Así fue como, el domingo siguiente, Betza estaba en su lecho de muerte.










En fin, haré otro intento con una nueva planta este domingo (para qué quiero una maceta vacía?). Lo bueno es que no empecé con animales o niños...
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