miércoles, mayo 12, 2010

Tierra mojada

Inspirada por el olor a lluvia (y en medio de una semitormenta), decidí apagar el ruido de los truenos escribiendo...

Pasé los últimos días inhabilitada por un inestable ciclo menstrual, cual niña de doce años. Entre exámenes y tareas debo de decir que me he atrasado en mi trabajo con Adnan, el cual me regañará en unos veinteminutos por eso... Trataré de decirle la verdad pero, como decía Pati, la verdad suena a mentiras, aunque sean ciertas.

Entonces recuerdo esa frase de esa canción de Sabina, que las mentiras parezcan mentiras, y recuerdo mi falta de comprensión de frases "poéticas". En este momento siento que tiene algo que ver conmigo (quizás sea paranoia) y, aunque casi nunca miento, a veces creo que me tengo que esforzar para que suenen creíbles, y no porque la gente deba creerlas, sino porque siento que, en contraste, mis verdades suenan poco creíbles.

De verdad, es difícil mentir, siento que requiere de un gran convencimiento personal o de una falta de desinterés por lo que cubres con esa mentira. Entonces pienso en él y lo fácil que le era. Me desconcierta la idea de que quizás no siempre fue cierto y, entonces, prefiero pensar en otra cosa...

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