miércoles, diciembre 15, 2010

Y así me convierto en un cuadrado.

CReo que los 25 me sientan bien, aún cuando no me sienta de tantos. Supongo que tienen que ver dos cosas en esto: la percepción de lo que la gente de 25 años debe de haber obtenido y que siempre pensé que esta sería la mitad de mi vida.

Y no es que haya logrado pocas cosas. No, al contrario, creo que tengo todo lo necesario como para sentirme satisfecha y no arrepentirme de nada. Pero la gente a sus 25 ya esta casada, con hijos, con trabajos, sacando su casita de infonavit y su carro. Obviamente no tengo nada de eso y no estoy ni cerca de obtener alguno. Aunque, por otro lado, una vez que te enfocas en obtener alguno de ellos (o varios), ya no hay vuelta atrás. Te ves a ti mismo atravesando esa barrera que atravesaron nuestros padres y otros tantos adultos. Te vuelves oficialmente un señor! (y no en el sentido civil ni en ese ante Dios que involucra tu virginidad (según las viejitas morelianas)).

Aún así es un número muy alto y se que no se verá tan grande en unos años cuando siga cumpliendo 25, pero no puedo evitar pensar que he vivido tanto y aún me faltan muchas cosas por hacer y, a estas alturas, ya se que probablemente muchas no las podré realizar.

Así que esto me ha dejado la sabiduría de cuarto de siglo, que la vida es muy corta como para hacer y ver todo lo que se puede en este mundo pero yo he de intentar hacerlo y verlo todo...

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