El otro día llovió demasiado en Hermosillo.
La cosa empezó entre las 10 y las 11 de la mañana. Yo estaba en el ITH dando clases a dos salones vacíos (no habia clases pero yo tenía que ir a checar ¬¬). Las primeras gotas no eran nada muy grave, todavía me dio chanza de salir de la escuela sin tanto problema. La cosa empeoró unos pasos después cuando corrí desesperadamente por el estacionamiento de Wal-Mart hasta la parada y, una vez allí, me hice bolita junto con las demas chicas que esperaban algún camión.
Cuando llegué a la parada de mi casa, ya no se podía ver más que los autos tirados en las calles y, por ello, llegué empapadísima a mi hogar. La lluvia duró como 12 horas pero se mantuvo con flujo casi constante durante ese tiempo. Me dio mucha risa salir en la tarde-noche a la tienda con mi paraguas y ser la única loca caminando así por la calle (en Morelia era algo de lo más normal).
Lo que deja la lluvia aquí son estragos de índole psicológica y, más importante, un desmadre en las calles! Miles de baches, montones de polvo que hacen ver neblinosas las siguientes mañanas y charcos que no terminan de secarse aun a los 31° de sol intenso y nada nublado (siempre creo que la tierra no sabe que hacer con tanta agua). Y todo esto era para mostrar la siguiente foto allá por Montecarlo de un bache:
True story!
1 comentario:
LOL con el bache! Ese es un auténtico bache Hermosillense: Bien grandote y profundo :D.
Saludines
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