Casi el final del año... Debo decir que se fue muy rápido y que el único propósito que cumplí fue el de terminar la maestría porque TENÍA que hacerlo. Lo bueno es que cumplí 25 otra vez así que tengo un año más para lograr todo lo pendiente :D
Por otro lado, esta semana leí el libro Orgullo y prejuicio, de Jane Austen. Después de eso me ha parecido imposible dejar de comparar la vida diaria con aquellos tiempos. Sucede que en aquellas épocas una persona valía lo que sus modales pudieran reflejar (y modales significa todo el comportamiento social). Esto significa que si uno andaba gritoneando y teniendo reacciones exageradas ante lo que sea pues ya no tenía buenos modales. Por lo que se podría considerar a la sociedad mexicana como gente sin modales. Por un lado me agrada porque esto te lleva a los sistemas de honor que ya estan más que olvidados, donde una palabra es más fuerte que un roble, pero no se siente natural a los sentimientos. Aunque quizá esto último sea cosa de mi época.
El caso es que me la he pasado juzgando las chanzas que tienen mis conocidos de ser considerados un buen partido para casarse basándome en sus modales, sus habilidades, aspecto, gracias para el baile y fortuna, teniendo más peso el primero y el último. Entonces me lleva a creer todo esto que mis hermanos hubieran tenido más chanza de casarse que yo así que debería mejorar mis modales aunque, por el lado de la fortuna, creo que todos tenemos las de perder.
Entonces no puedo evitar pensar en si este tipo de criterios aun se toman en cuenta en estos días, quizá no a propósito, quizá si. En fin, con todo esto creo que el Sr. Julio BRau es el mejor partido, solo que ese barco ya salió hace mucho mas no pierdo las esperanzas de que vuelva a mi familia para convertir al huevo en Amy de Mujercitas, siguiendo con la cura de los libros de época...
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